Se suele decir que “Hay
experiencias que marcan”, usualmente cuando alguien ha pasado alguna
experiencia de vida traumatizante, la cual acompañará a la persona
hasta el último día de su vida; pero en este caso lo usaré en una
manera positiva, una en la cual, aunque tiene la misma implicación, el motivo
es uno muy bueno; una experiencia muy linda, llena de bendición que me marcó y
estoy seguro que de por vida.
Haber sido parte de la delegación que asistió al ENFOL 2018 fue una de las más grandes bendiciones que Dios me ha concedido, al principio
parecía imposible a tal grado que incluso dos meses antes, he de aceptar que
perdí la fe y dije que no iría, pero Dios en su infinita misericordia hizo que
cada pieza del rompecabezas encajara en su lugar de una forma espectacular,
proveyendo económicamente y trabajando de tal forma que pudiera estar preparado
para todo lo que estaría trabajando para mi vida.
Por esto mismo he de decir que Dios empezó a hablar en
mi vida mucho antes que el evento comenzara, lo siguió haciendo al llegar a
Costa Rica donde mostró su respaldo a nuestro movimiento poniendo personas como
La Familia Amaya, pastores de la Primera Iglesia Bautista de San José, quienes
movidos por el amor de Dios en sus corazones nos recibieron con los brazos
abiertos y aun sin conocernos nos hicieron sentir ese amor que solo viene de
parte de Dios. Demostrándonos que Dios está siempre al cuidado de nosotros y no
nos desampara como individuos y como ministerio. Ellos nos predicaron con su
ejemplo la frase lema del ENFOL “CRISTO:
¡EN TODO Y EN TODOS!”
Dios habló a mi vida durante el ENFOL, lo cual puedo
resumir en que Cristo quien nos amó y nos salvó, es donde debe estar siempre
nuestra mirada, que aunque las personas a nuestro alrededor nos traten de
desanimar, Él es quien nos ha llenado, nos guarda, guía y es solo Él quien nos
sostiene, y nos manda a hacer su voluntad compartiendo con amor, trabajando por
la justicia con la verdad de su palabra,
la esperanza de su salvación y sobre todo a compartir el amor que solo él nos
puede dar.
Pero la enseñanza no se queda hasta ahí, las enseñanzas de Dios llegaban también desde los talleres, charlas con otros ENFOLISTAS en tiempos de receso, de comida, de juegos, incluso desde el silencio. Me Mostró que hay muchos más que tiene el mismo sentir de servir y compartir su palabra, que no estamos solos, que hay más como nosotros, personas que tienen sus propias dificultades y sus propias realidades; pero que Dios al igual que a mí los sostiene, los guía y protege. Personas que están ahí para dar ese apoyo de parte de Dios atreves de ellos, personas quienes son Hermanos de trinchera en tiempos difíciles.
Dios me
enseñó también la importancia de la familia y como esta debe ser usada por Dios
para ser luz y herencia en este mundo, animándome a querer formar una familia
que ame a Dios y sea la diferencia en un mundo cada vez más individualista.
Dios hablo tanto a mi vida en esta experiencia que se
vuelve muy difícil el poder resumirla. Es una experiencia que cambio mi vida y
creo que uno de los mayores retos es que
Dios que me ayude a compartir lo que él ha hecho en mi vida con otros.
Estamos por iniciar la ruta al Enfol 2,020 que se celebrará en Guatemala.
Ora por nuestros estudiantes:
+ Porque acepten el compromiso que la invitación lleva.
+ Por los permisos con sus familias.
+ Por las actividades de levantamiento de fondos.
Geovanni
Santos, es estudiante de Ingeniería de Sistemas Informáticos en la UES Santa
Ana, dónde es líder estudiantil y habla a sus compañeros sobre Jesús a través
de estudios bíblicos y de su testimonio.
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