La pregunta me
hizo recordar la decisión que cambió mi vida hace cuatro años: renunciar a un
puesto de gobierno estable y tradicional, de acuerdo con los estándares de la
sociedad, para explorar otros rumbos con
la única certeza de la incertidumbre. Esta decisión abrió el espacio para que Dios restaurara el equilibrio entre mi vida personal, académica y profesional. Definitivamente ha sido un proceso de
aprendizaje espiritual y profesional para trabajar POR, PARA y DESDE la Fe.
No me mal
interpreten, renunciar a un trabajo laico para uno ministerial o vicerversa no es la solución a nuestros
conflictos de fe o para la satisfacción de nuestras necesidades profesionales.
En ambos mundos encontramos los mismos retos, frustraciones, oportunidades y
satisfacciones. La clave está en identificar la estrategia personal que
permita evidenciar nuestra convicción cristiana en acción, una que se vea
reflejada en el día a dia de nuestra
jornada laboral, independientemente en el contexto que nos encontremos.
Por ejemplo,
cuando utilizo la preposición POR la Fe (Romanos 1:17), me refiero a lo que he aprendido
a través de la pregunta ¿qué me motiva a hacer mi trabajo? Más allá de mis
obligaciones contractuales y beneficios económicos, me inspiro al pensar que el
producto de mi trabajo (por más sencillo que parezca) es útil y contribuye a un ecosistema de aprendizaje
que alimenta a un equipo operativo, ejecutivo, de docentes y estudiantes en todo el
continente latinoamericano. Aunque encontrar el equilibrio entre los días menos
motivadores con los más optimistas no es nada fácil.
Trabajar PARA la
fe (Romanos 15:13),
me lleva a la pregunta ¿cuál
es el proposito de todo esto?, ¿vale la pena? Siento la confianza de que
las horas que invierto realizando alguna tarea simple o compleja (me vean o no
mis supervisores), contribuyen a establecer reflexiones, diálogos e intervenciones que favorezcan un
mejor entendimiento del Reino de Dios y
su justicia en las diversas áreas de la vida de un docente o un estudiante: su
familia, comunidad, iglesia, trabajo, etc.
Cuando hago
referencia DESDE la fe (Proverbios3:5-6), surge la pregunta
¿qué perspectiva debo asumir para realizar mi trabajo?, ¿qué competencias
debo adquirir? Cada día aprendo algo nuevo, no importa qué tanto me haya o
siga preparando para realizar mi trabajo, siempre hay nuevas fomas de hacer las
cosas. La humildad es la que debe prevalecer. Mi entorno laboral me enseña
constantemente que la fuente de toda
inteligencia y sabiduría proviene de la Palabra de Dios, y por ello la importancia de realizar una lectura
contextual e interdisciplinaria que ayude a expandir nuestros aprendizajes y
prácticas de vida.
Finalmente,
puedo decir que Dios me lleva de la mano para relacionar mi práctica
profesional y la fe, y que éstas de
forma interdependiente se constituyan en
la principal herramienta para lograr mi mayor misión en la vida: contribuir a
cambiar y revolucionar paradigmas.
Karen Elisa Montano
Comunicadora Educativa (eterna aprendiz y
gestora de procesos educomunicativos) trabaja como coordinadora tecnopedagógica
del posgrado para CETIContinental. Parte del grupo de profesionales MUC San Salvador, Generación
2003
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